Nación de Vinos fue un éxito rotundo. Todos los que asistimos regresamos a casa con un aire de satisfacción. Fue un evento en donde se estuvo relajado y con actitud para aprender.

«Nación de Vinos es un espacio de diálogo. La gente viene a conocer nuevas cosas. Los que ya conocen el vino de Baja California, vienen a probar vinos de San Luis Potosí, Chihuahua o Querétaro. Todas las bodegas (85) que participaron tuvieron la misma oportunidad, el mismo estand. Había espacio y el cupo para mil personas de la convocatoria se cumplió». comenta Pedro Reyes, organizador del evento conjuntamente con Valentina Ortiz Monasterio y Adriana Cadena.

Y es cierto. El recinto ubicado en el Infield del Hipódromo de las Américas, estuvo muy  bien puesto. La organización impecable. La comida se sirvió desde las 7:30 pm hasta las 10.30 pm y estuvo en manos de excelentes restaurantes entre ellos Pujol, Nicos, La Docena, Kuuk, Le Chique, Rosetta y Paprika.

Los productores y enólogos estuvieron  sirviendo vino  atrás de la barra. Fue una gran oportunidad de empaparse sobre el vino mexicano y de conocer bodegas grandes y chicas.

«Sin duda este tipo de eventos  tienen un impacto y la cifra de preferencia del vino mexicano subirá», asegura Pedro.

Aquí algunos aspectos de Nación de Vinos

 

Bichi se lució con su vino rosado 2017.

» Un vino muy costero, sin irrigación. Esperamos dos años para poder tener un vino rosado de nuevo y estamos muy contentos con los resultados obtenidos este año.  Vinificado con  uvas son cosechadas a mano, prensadas directas y con una fermentación larga en tanques de acero inoxidable. Su resultado es un vino frutal, con muy buena acidez, sin filtrar ni correcciones y con dos gramos de sulfitos añadidos por hectolitro», comenta Jair Téllez.

«Mi familia es la que hace el vino estoy muy metido pero no me considero que yo hago  el vino. Bichi en sonorense quiere decir desnudo. Mi suegro es quien hace las etiquetas.  Queremos un vino desenfadado, sin muchos rodeos y  que tenga sentido del humor.  Y así se hizo», apuntala Jair.

Bruma

Probamos varios Chardonnay: uno con uvas del Valle de San Vicente fermentado en acero inoxidable y  otro, con 9 meses en barrica francesa de 500 litros. «La idea con Lulu es de cosechar más temprano para tener esa acidez natural y no tener que agregar ácido tartárico. Estos vinos tienen  la expresión de la fruta, son frescos y cítricos», comenta Lea una de las enólogas del grupo quien acaba de  incorporarse.   Seguimos catando un rosado 100% Sangiovese. Maceran la uva treinta minutos y logran ese estilo muy provenzal. Muchas notas de fresa verde, fruta de la pasión. Producen 80 cajas.

¿Qué te gusta de Nación de Vinos?

«Hay mucho  vino de Baja California  pero también de otros estados. Esta es una oportunidad para conocerlos. Somos 200 vinícolas en el valle y no nos vemos.  Conocer a los enólogos,  los estilos y clima de otras regiones es enriquecedor», anota Lea.

 

Henry Lurton

«Este es el mejor evento de México. Me encanta la organización de Nación de Vinos. Es una oportunidad para ver lo que hacen los vecinos, estamos tan ocupados en el Valle, que no salimos de la bodega.He tenido oportunidad de hablar con clientes que están vinculados con la marca y no vemos todos los días , dice Lulú, enóloga de Lurton. «Mi tío de Rincón de Guadalupe está a dos estands.  Tienes que probar el 100% Carmenere rosado», me aconseja.

También probamos el Sauvignon Blanc 2017  «Es  la primera vez que tenemos ese grado de frescura. Como me lo imaginé, así quedó; con elegancia y frescura que me encanta. Hay veces la naturaleza favorece a un varietal más que a otro.  Si algo queremos es complejidad aromática, que no es lo mismo que intensidad aromática. Me gusta que el vino sea sutil,  discreto,  pero con muchas capas y  que tenga varios perfiles: frutal, floral especiado; y para eso es muy importante la madurez aromática y la madurez tecnológica. Por eso la fecha de vendimia es capital.  En los  tintos hago vinificación integral, que resulta en una barrica más discreta que no tapa el terruño y sí aporta el potencial de añejamiento», concluye.

Origo

Probamos  un vino de corte francés,  frutal y floral con tres meses de barrica, maceración en frío por 72 horas. Sensación interesante en boca, buena acidez. Muy gastronómico. El enólogo es Jesús Rivera y producen 1500 cajas por año de todas las  etiquetas. Su Chardonnay pasa 6 meses en barrica.

Rubio

Querencia rosado con tres varietales italianas : Montepulciano, Sangiovese y Nebbiolo. También tienen Palomino y otras variedades como Cabernet Sauvignon.

«El Nebbiolo se da como si fuera oro negro. El Montepulciano se adaptó muy bien al valle. Antes le compramos a Camilo Magoni, ahora producimos  nuestra uva», comenta Francisco Rubio

El proyecto nació hace 17 años y plantaron uva en el 2005. Llevan 13 años produciendo. «Del  2008 al 2010 vendíamos la uva, y a partir de 2011, no la vendemos. Hay mucha gente que compra la uva y vinifica. Nuestro estilo está definido pero podemos trabajar mejor en optimizar los recursos. Estamos actualizando equipos y estamos trabajando en seleccionar mejor la uva. Producimos cuatro toneladas por hectárea. Producimos vino con color  y complejidad, y  buscamos vinos de intensidad media para arriba. Queremos mostrar la frutalidad y por eso tenemos rendimiento bajo para obtener expresión intensa», anota Francisco.

Cava Quintanilla

Ariel Morales, consultor de la bodega, nos explica el nacimiento del proyecto cuando se plantaron 90 hectáreas de uva, de las cuales  70 eran  para uva de mesa y 20 para vinificación. En 2014 sacaron el primer vino para consumo personal y ya en 2015 empezó el proyecto vinícola. El rancho tiene 14 varietales. Empezaron con cuatro vinos y ahora tienen 14 etiquetas.

Laberinto, uno de sus vinos estrellas,  está en 157 restaurantes.  «Tenemos Laberinto por copeo en Quintonil Pujol,  Anatole,  Rosetta y muchos más. Es buena idea el copeo para que se conozca el vino. Nuestros viñedos son jóvenes pero tenemos agua, amplitud térmica, menos lluvia y altura. Noches frías y madrugadas heladas, muy bueno para los vinos blancos. Carlos, el propietario es agricultor y conoce muy bien la tierra».

Probamos  un Gewurztraminer delicioso, que pocos producen, algo más que los diferencia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Encinillas

Fernando Mendoza se siente sorprendido y  agradecido con la premiación. Ganó  Gran Medalla de Oro en el concurso de Bruxelles. La única para México.

«Siempre  buscamos calidad. Sea en  la distribuición del viñedo, en la poda, en la bodega, en los remontados y filtrados. Empezamos en 2009 y ya tenemos varios reconocimientos».

¿Que tiene tu terroir? le preguntamos

«Las condiciones climáticas son muy particulares. Chihuahua tiene distintas altitudes. La variación térmica que tenemos es de 17 grados, además de que gozamos de casi 365 días de sol, y eso ayuda a obtener la calidad en los vinos. Algo estamos haciendo bien,  y eso es un incentivo para seguir trabajando».

Torres Alegre

En 1885 probé un Barolo del 82 de Fontana Freda y me enamoré. Era un Nebbiolo y me  dije:  no puedo hacer este vino. Me fascinó  a tal punto,  que no pude hacerlo  hasta después de quince años, nos cuenta Victor mientras empezamos a degustar.  «Nuestros vinos se pueden beber enseguida, porque hacemos una extracción super lenta. Nos tomamos 60 días en extraer los compuestos tánicos y hacemos remontados de 5 minutos. Luego le meto micro oxigenación y maceración encimática con bastoneo, y ahí lo que hacemos, es afinar nada más», nos instruye.

Juguete

Mauricio Ruiz, enólogo de la bodega nos comenta que el vino lo hace en Australia.» Fui primero a estudiar allá. Es un país similar a México en condiciones climáticas. Me adoptó un grupo que se llama Pernod Ricard. Me becó».

El Sauvigno Blanc pasa 4 meses sobre sus lías, y 20% fermenta en barrica. «Es muy cristalino porque no tiene nada de oxidación. Me gustan esos aromáticos limpios. Toda mi producción está hecha para que funcione con la gastronomía mexicana. Lo recomendamos con ceviches, aguachiles y tiraditos».

Las Nubes

Victor Segura comenta: «La gente que viene a este evento es gente de nivel, o son restauranteros o gente de vino, mucho sommelier de restaurantes. Hay veces que los festivales son para gente que solo va a tomar. En Nación de Vinos la gente quiere probar, conocer, ver las añadas que estás sacando y qué hay de nuevo», asegura. «Además es muy bueno tener la oportunidad de interactuar con nosostros, quienes hacemos el vino. No hay tanta gente y eso ayuda a que se pueda platicar»

Su Syrah 2015 lleva una mezcla de Garnacha, Carignan y Tempranillo. Todas viñas viejas. Una joya.

Santo Tomás

Laura Zamora, enóloga de la bodega,  opina que hay una buena respuesta del  público en Nación de Vinos. «Llegaron conocedores comparando marcas;  también han llegado jovencitos a preguntar qué deben tomar, qué pueden encontrar en el vino y con qué lo pueden maridar. Eso es interesante. Muy padre que la juventud se mostró responsable y que no se pasó de copas. El hecho de que haya comida y  agua  es algo muy atinado por parte de los organizadores.  Está más lucido que la primera vez y la gente más participativa, sin miedo  y con mucha confianza para preguntar.

Opina Laura además:  «Ahora hay 85 bodegas pero quedan muchas más de nueve estados que están haciendo vino: Querétaro, Chihuahua , Durango, Zacatecas,  Aguas Calientes, Coauhil , San Luis Potosí, Sonora y  Guanajuato. Es bastante», concluye.

Pinesque

Tienen tres gamas.  El  Syrah y Cabernet Sauvignon  tuvo maceración prolongada en frío, buena acidez presencia de fruta elegante. Estuvo en barrica de roble francés con diferentes tostados de primer uso por 12 meses.

Gaston y María 2015 es el primium. Se siente una barrica  suave y taninos elegantes . Pinesque hizo su primer vino comercial en 2009

Concierto Enológico

Sofía Sarabia se ve contenta.  «No hay ningún evento de vino mexicano que reúna a tanta gente del mundo del vino. Conté como 78 productores.  El esfuerzo que hacen en Nación de Vinos es enorme. Son muy generosos y la vibra que hay es muy bonita. Estuve conversando con enólogos que somos vecinos pero no nos conocíamos. Excelente oportunidad para compartir vivencias y escuchar distintos puntos de vista. Intercambiamos ideas. Hasta me propusieron que yo le de clases de cómo usar las redes sociales y a cambio me enseñan más sobre el terroir de Baja California.  Nunca había vivido algo así en un evento. Hay mucha camaradería».

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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