HOTEL MATILDA
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El destino lo marcó a sus 27 años, cuando la compañía donde trabajaba como analista geopolítico en el sector turístico en Toronto, cambió el rumbo.
JAMES ESTUDIÓ Ciencias Políticas, pero el destino le tenía otros planes. Perdió su trabajo y decidió visitar a un amigo en Cozumel. Estaba un poco desanimado y quería hacer algo distinto con su vida.
«Me ofrecieron un trabajo en ventas en el Hotel Camino Real. Nunca había trabajado en un hotel en mi vida, pero me fue súper bien, pues mi fortaleza es hablar con la gente. Luego renovaron el Hotel Fiesta Americana y me llamaron, esa fue mi escuela; ahí aprendí todo el proceso de cada esquina de un hotel.
Más adelante llegó a su vida Casa del Mar en Los Cabos, con el plan de renovar el hotel. Esta vez tenía en sus manos un plan claro y una dirección concreta».
«Quinta Real vio mi trabajo de Los Cabos y me contrataron para renovar la unidad de Acapulco.
Empecé a ganarme una reputación en la industria hotelera por la renovación». Luego el Grupo Habita lo llamó para abrir Boca Chica en Acapulco. Trabajó en el hotel Deseo y Básico de Playa del Carmen y en el Habita de la Avenida Mazarik en Polanco, donde también colaboró con su renovación.
«Aprendí sobre servicio en Careyes, en la Hacienda de San Antonio, Cuixmala. Entendí cómo se mezcla el lujo, el servicio y el diseño. Además de que tuve un gran mentor, fue ahí donde establecí una relación con Harold Stream, coleccionista de arte y amante de la hospitalidad. Lo conocí en Zona Maco de manera casual y poco a poco se fueron dando las cosas. Le llamó la atención abrir un hotel en San Miguel de Allende, pues había decidido pasar más tiempo en México. Necesitaba un lugar donde tomarse un coctel decente. Es un hombre de muchos negocios que incluye bienes raíces y gas natural».
Matilda abrió sus puertas en 2010. Un bello hotel boutique ubicado en San Miguel de Allende, el cual ofrece una experiencia íntima a sus huéspedes, donde cada ambiente está lleno de detalles para hacerlos sentir en casa.
«Todo este proceso de 16 años de experiencia es lo que ha hecho Matilda posible. Es importante diferenciar que muchas veces lo trendy sacrifica el servicio. Los lugares pueden ser creativos sin descuidar la administración y el servicio».
Bruce recuerda que no le encantaba la idea de vivir en San Miguel de Allende. Pensaba que era un lugar para viejos, creía que solo iba a durar dos años porque se iba a aburrir. Harold le dio la libertad para hacer lo que quisiera. Él solo exigía números y resultados. Matilda era la madre de Harold. En los años 30 rentó una casa en Coyoacán. Nos cuenta James que la historia de las norteamericanas que salen en la película de Frida Kahlo, era una de ellas. Por esa razón existen estos retratos de Matilda pintados por Diego Rivera.
«Lo que conozco sobre lujo viene de mi madre. Ella pasaba todo el tiempo que podía en museos, shows y óperas. Mi padre era juez y me inculcó buenos hábitos. El lujo se trata de detalles».