EL PIONERO
Hace tres décadas este hombre comenzó a hacer vino de calidad en el Valle de Guadalupe, con Monte Xanic dió inicio a una revolución que ha deleitado el paladar de todo México y cuyo alcance, afortunadamente, todavía no conocemos.
«MI PAPÁ tenía un rancho llamado Los Alamitos en el Valle de Guadalupe. Ahí sembró árboles frutales. Íbamos todos los domingos. Luego lo tuvo que vender para mantenernos a los cinco hermanos. Nos sacó adelante a todos».
Hans Bachoff estudió en la Universidad Tecnológica de Monterrey la carrera de Ingeniería Bioquímica. Luego en Inglaterra cursó un doctorado en Food Science .
«Cuando regresé a México fue para ayudar. Después de todo yo recibí apoyo del gobierno para estudiar fuera. Trabajé con productos pesqueros por dos años. Luego di clases en el Tec de Monterrey sobre manufactura de vinos, quesos y cerveza. Nos íbamos a Hermosillo, conseguíamos la uva y todos hacían vino, guiados por mí. «Posteriormente regresé a Ensenada y me puse a producir vino para un grupo de amigos. Éramos tres familias que íbamos al campo. Cosechábamos y luego llevábamos la uva al garaje, ahí la despalillábamos y hacíamos vino. Le comprábamos también uva a la Bodega Santo Tomás. Había mucha disponibilidad de uva. En aquel entonces (1984) el negocio del vino estaba en el suelo. Solamente sobrevivían los más grandes, como L.A. Cetto, quienes hicieron un joint venture con Domecq, y por eso la bodega creció tanto». Afirma Backhoff que el modelo de las vinícolas era el de producir en cantidad y no con calidad. «Me di cuenta que los vinos se podían mejorar mucho si controlaba algunas cosas que nadie vigilaba».
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