La Forge de Laguiole se ha labrado una reputación de prestigio en la tradición de la cuchillería del mundo.
Un producto de lujo que enaltece al propio oficio. LA FORGE DE LAGUIOLE no pasa inadvertida: una lámina de 18 metros de altura corta el cielo de Aveyron. La diseñó Philippe Starck y se ha vuelto un símbolo del pueblo. La región de Aubrac es una meseta de granito y basalto situada en los departamentos de Aveyron, Lozère y Cantal, a mil metros de altitud.
Desde la edad media se fabrican cuchillos en el señorío de Laguiole. El más emblemático, Capuchadou, lo realizaron los granjeros de la región de Aubrac. Desde el siglo XIX se instalaron cuchilleros en estere conocido pueblo. El primer cuchillo se realizó en 1820 (Laguiole Droit) un ejemplar sin adornos, con mango de hueso (marfil), que termina con la forma del pico de un pájaro. Fue Pierre- Jean Calmels quien perfeccionó la técnica, y creó la navaja plegable. Obtuvo la medalla de oro en la muy conocida Exposición Universal de París en 1900. Stéphane Rambaud ganó la medalla de oro al mejor aprendiz en 2005, e ingresó a trabajar en Forge de Laguiole. Su cuchillo de colección (Esquisse) recibió el primer premio en el salón IWA 2006 en Núremberg. A Virgilio Muñoz Caballero lo nombran el mejor obrero de Francia en 1986. Realiza piezas excepcionales en Forge de Laguiole desde 1994.
El primer cuchillo de Laguiole (1829) se inspiró en la navaja española, los campesinos lo adaptaron y le incluyeron el punzón, que utilizaban para salvar la vida del animal que hubiese comido demasiada hierba; luego añadieron el sacacorcho, un elemento que necesitaban los inmigrantes camareros y bodegueros. Ahora el cuchillo trae estas tres piezas: lámina, sacacorcho y punzón. Se cree que la calidad del agua de la región de Aubrac le da dureza al acero.
El mango varía entre materiales de cuernos de buey, madera, huesos, cuero de vacas de Aubraco marfil de mamut. La abeja que adorna el muelle (1909) se convierte en el emblema del cuchillo de Laguiole. Algunos piensan que es una mosca…por la cantidad de vacas que hay en la región, mientras otros aseguran que es una abeja en honor a Napoleon I, símbolo con que el emperador reconocía a soldados triunfantes en las batallas.
La primera guerra mundial trajo consecuencias graves en Laguiole y como resultado, desaparecieron las cuchillerías. Fue hasta 1987 que cuatro apasionados hombres de este métier decidieron darle vida a la fábrica La Forge de Laguiole. Lue go se interesaron Philippe Starck, Sonia Rikiel, grandes arquitectosy chefs como Michelle Bras y Pierre Hermés. Algunos de estos diseños están en la colección permanente del Museo de Arte Moderno, en Nueva York.
Existen muchas copias de los cuchillos Laguiole fabricadas en China o Pakistán, pero no logran confundir a los conocedores que distinguen la calidad.
El fascinante proceso de la fabricación
Existen muchas etapas para la fabricación deestos emblemáticos cuchillos para lograr la excelencia, argonomía, resitencia y flexibilidad. Algunos toman horas de trabajo y otros, días enteros. Cada cuchillo es responsabilidad del hombre que lo fabrica. La lámina de acero, que se obtiene en los Pirineos y la región Tarn, se calienta hasta llegar a mil grados Celsius, para empezar a forjarla. Alrededor de 100 manos estudiadas, cada una con su especialidad, intervienen en la manufactura. Todavía se utilizan los métodos tradicionales que han sobrevivido a décadas de prueba.
Se deben realizar entre 40 a 80 pasos para llegar a obtener el producto final. El exigente control de calidad, asegura que cada pieza no sale de la fábrica sin estar en perfecto estado, detalle que da mucha confianza al comprador. Cada marca está esculpida a mano, incluyendo la famosa abeja que los adorna. Incluso, seleccionan las mejores piezas de madera, (tienen absoluto respeto en proteger su extinción), coral o acrílico, como es el caso del cuchillo inspirado en el Airbus, para conmemorar el 30 aniversario de la inauguración de la fábrica.
La fisionomía y curvas de dicho cuchillo, conjuntamente con el tipo de material que se eligió, enaltecen los componentes con los que se fabricó la aeronave Airbus.
Vale la pena recalcar que es impresionante el filo de los cuchillos Laguiole. Esto se logra gracias al uso especializado de piedras especiales de pulido, que usan una vez que se ha limpiado cada pieza. (un proceso parecido a las máquinas de ultrasonido de los joyeros). Cada obra se inspecciona individualmente. El precio cambia si tiene un acabado satinado o brillante (brillante es más costoso). También existen cuchillos con adornos de oro o plata como el Saint-Jacques de Compostela o el llamado Saint-Tropez.
La actividad de la cuchillería es una tradición que involucra a todo el pueblo de Laguiole. Sus habitantes se han unido para defender la autenticidad de este oficio y afirmar que hay solo un cuchillo Laguiole en el mundo, y se encuentra en la región de Aubrac, en Francia.