Localizado en el popular barrio del Príncipe Real, BouBou’s se ha convertido en un soplo de aire fresco para paladares curiosos. El restaurante, que ganó fama tras el triunfo de la chef Louise Bourrat en la edición francesa de Top Chef 2022, es hoy un refugio donde la emoción y la percepción de la estación se sirven con elegancia y exigencia.

Chef Louis Bourrat

Su cocina, perfumada y luminosa, traduce el lenguaje de la naturaleza en bocados precisos y evocadores. En cada plato, existe transparencia: una de las claves de la gastronomía actual. Hay en Bourrat una madurez que sabe seducir paladares, ampliar la paleta gustativa y estimar la tierra. Su joven equipo internacional entrega una cocina moderna y viajera, de texturas mimadas que exudan feminidad, con libertad creativa y un respeto absoluto por el producto.

El menú degustación, llamado Folha —hoja—, te atrapa desde el primer instante. Como las hojas del otoño, despliega sutilezas que dejan cada rincón de la boca impregnado de sabor. Cada plato es una estación, un paisaje, una memoria que se disuelve lentamente.

caballa ahumada de los Azores

El momento del pan inaugura el rito: brioche casero con chorizo de Talho das Manas, pan de fermento natural crocante, aceite de Serra da Estrela con cítricos, mantequilla ahumada con pimiento asado y hierbas. Nada se desperdicia, todo se transforma.

uvas y foie bajo hojas en tempura

Los snacks son pequeñas revelaciones: arroz de lingueirão con puré de cilantro, tartaleta de alcachofa y atún, pan de maíz recién hecho con caviar. Aromas que me saben, que despiertan conversaciones, que tienden puentes entre el mar y la memoria.

hongos salvajes

En la entrada, la caballa ahumada de las Azores llega con buttermilk infusionado con alcachofas, pepino encurtido y cítricos de Santarém. Frescor, equilibrio, precisión. Luego, el plato de la vid: uvas bajo hojas en tempura, paté de pollo cocinado en vino de Oporto y Madeira. Una conversación entre texturas que explotan en boca, llenas de sabor y silencio.

paloma y nabo

El maridaje creado por la sommelier Anastasiia Kornilova acompaña con elegancia: un Jerez de Sanlúcar de Barrameda, palomino fino con cuatro meses sobre piel, que refleja el plato y empuja su sabor hacia un territorio umami. Más adelante, el pombo francés, pecho rosado, hoja de cerezo japonés, croqueta de pata confitada, beterraba y nabo en pureza. Una danza de otoño entre hojas, raíces y fuego.

Y cuando parece que todo ha sido dicho, llegan los postres, a los que hay que hacerles espacio: el higo, dulce y sabio, en tarta con crema, caramelo y canela, acompañado de helado de hoja de higuera; luego, un dumpling de chocolate caliente con eucalipto y alfarroba, gotas de aceite y mini crocante de maní. Dulces que no cierran el menú, sino que lo prolongan como un eco de bosque.

higo y canela
chocolate, eucalipto,alfarroba

En BouBou, la cocina no busca deslumbrar, sino conmover. Es alquimia, buen gusto y sentido del lugar. Una cocina que respira el aire de Lisboa, que celebra la tierra y las estaciones, que invita a mirar las hojas caer… y probar el otoño en cada bocado.

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