Promotores de felicidad
Imagínate un lugar donde el silencio es belleza pura, donde el tiempo no existe y en donde te conectas con el entorno como siempre soñaste. Un lugar en donde se celebra la cultura desde las raíces para acercarse a sus orígenes con una gran dosis de creatividad, alimentada por una búsqueda permanente en un pasado memorable
CUANDO NOS preguntamos sobre nuestra relación con los espacios que ha- bitamos hay una respuesta contundente que resulta de la suma de detalles que marcan la diferencia. La Quinta y Hotel de Ventozelo es uno de esos lugares que afirman que el mundo no es solo lo que existe, sino lo que sucede.
En pleno corazón del Douro Alto, en el consejo de São João da Pesqueira, la Quinta de Ventozelo es una de las más grandes y más antiguas del Douro, con un área de 400 hectáreas, de las cuales 200 están plantadas con vides
El cielo está limpio y se respira paz. Con anticipación y curiosidad inicio el día con ganas de pasear por la hacien- da sabiendo que existe un conjunto de experiencias que están ligadas a la vida rural, y que si quiero entender de qué se tratan los saberes y sabores del Douro, va a ser en este lugar.
Merece mucho la pena empezar con una visita al Centro Interpretativo de Ventozelo porque es ahí en donde se podrá entender la singularidad del Douro.
Además de tener un suelo pizarra pe- dregoso y delgado, se puede apreciar el trabajo humano que lo moldeó. Cuentan con mapas que explican la configuración del río, explicaciones sobre la fauna local y las especies que abriga la floresta de Ventozelo, en donde se encuentran innumerables especies de mamíferos y aves y también se conservan varias especies protegidas.
Tengo que hacer un paréntesis para comentar que esa misma noche vimos a una familia de jabalís acercarse a la entrada de la Casa Grande donde estába- mos hospedados.Una sorpresa emocio- nante e inesperada.
El Centro Interpretativo es interactivo en todo el sentido de la palabra. Los corredores dan lugar a que durante el recorrido continúes conectado con el entorno a través de amplias ventanas que permiten apreciar el paisaje exterior. Todos los días cambian las plantas que ex- hiben para que puedas oler las esencias de Ventozelo: tomillo, lavanda, perpetua rosa y romero. Y además cuentan con un cuarto aislado con una grabación para escuchar y sentir la vida que ocurre en la quinta.
En el recorrido que hicimos más tarde por los alrededores vimos las cámaras que están instaladas en el bosque para registrar la vida animal que habita estas tierras montañosas.
Merece mucho la pena empezar con una visita al Centro Interpretativo de Ventozelo porque es ahí en donde se po
drá entender la singularidad del Douro.
Ese paseo es un must para poder apreciar además del paisaje increíble, percatarse de la dimensión de la quin- ta. Logramos también divisar las vides pre-filoxera que con mucho orgullo noslas señalaron mientras vimos el paisaje geométrico y a lo lejos el pueblo Pinhão. El bosque está preparado para las expe- riencias de las personas que lo visitan, y cuentan con una aplicación que explica las diferentes rutas y niveles de dificul- tad de cada paseo.
El Jardín de los Aromas se encuentra al lado de la Iglesia La Señora de los Place- res. Se siente algo intangible y poético, recorrerla imprime frescura. Aquí están plantados los ocho aromas que lleva el gin de Ventozelo, resultado de oler en
conjunto con botánicos, chefs, agróno- mos y enólogos para encontrar esa mez- cla de aromas que luego fue macerada en alcohol vínico para finalmente llevar a la realidad el sueño de crear un gin con raíces durienses. La frescura sabe y los aromas despiertan el apetito.
La Cantina de Ventozelo ocupa el local donde antiguamente se servían las comidas a los trabajadores de la hacien- da. Es en La Cantina donde el chef Mi- guel Castro Silva sirve una cocina regio- nal del Douro y Trás-os -Montes.
La propuesta estacional del chef fue recientemente reconocida como una de las mejores por los Hoteles Awards de National Geographic Travelers 2021, gracias a las manos dispuestas a cocinar los productos que ofrece el paisaje cada día, donde el mise en place empieza en su huerto, afirmando la filosofía de una gastronomía próxima y accesible.
El pan, por ejemplo, lo producen en la comunidad y aún existe la prác- tica del trueque de productos, otra forma de apoyar a su comunidad. En el siglo XVII el acceso a la hacienda era difícil y acostumbraban a ser auto sustentables, algo que hoy continúan haciendo para asegurar un bajo im- pacto ecológico
Los tomates Corazón de Buey que probamos enfatizan la presencia de la tierra en su cocina; las aceitunas de va- riedades autóctonas de olivos cententarios donde predomina la Verdeal, son recogidas manualmente, tal como dicta la tradición, para luego extraer un aceite afrutado con notas equilibradas picantes y amargas que muestran un buen final de
boca. Sigo disfrutando la memoria del 109 Bacalhau à Lagareiro que degustamos en la cena, los encurtidos de vegetales del picnic debajo del grandioso árbol frente al Douro y el de los higos! , que devoramos hasta saciarnos.
Federico Fellini alguna vez afirmó que un buen vino es como una buena película que se acaba en un instante, pero deja un sabor a gloria. Nace y renace en cada catador.
En pleno corazón del Douro Alto, en el consejo de São João da Pesqueira, la Quinta de Ventozelo es una de las más grandes y más antiguas del Douro, con un área de 400 hectáreas, de las cuales 200 están plantadas con vides.
La notable elegancia del Quinta Ventozelo Rosé, el blend de Malvasia y Viosinho embotellado con la tradición de Alsace para remarcar su frescura, los aromas finos no muy intensos del Tinta Cão, la barrica bien integrada del Tinta Roriz, las notas florales de la Touriga Nacional que se lució y no opacó a la Touriga Franca en este blend extraordi- nario, son algunos de los recuerdos de aquella cata donde afirmamos esa cons- tante basada en la elegancia y acidez de sus vinos
¡Oigan bien! Lo diré sin rodeos. So- bran razones para disfrutar la experien- cia que se vive en Ventozelo Quinta & Hotel donde sentirás el cielo muy cerquita de la tierra