Escuela Mexicana de Té

Reina Sakao, tercera generación de productores de matcha (té en polvo) espera a sus invitados junto a su madre, en el jardín de la Escuela Mexicana de Té. Hay un intercambio de velas que representa el intercambio de sentimientos.

Ingreso al chasitsu en la Escuela Mexicana de Té  y me dispongo a admirar la caligrafía de un cuadro colgado al fondo de la estancia. Así empieza la ceremonia de té. Me llama mucho la atención el brasero donde se calienta el agua y los utensilios de la ceremonia. Me transportan de inmediato a Japón. Llega una caja bento con bocadillos ligeros kaiseki, y suena el gong. Sentada en cuclillas, Reina toma la medida exacta de té verde y lo pone en un cuenco, al que le agrega agua caliente, a 85 grados de temperatura. Mueve el chasen, batidor de bambú, hasta lograr la espuma perfecta.Estoy sentada con las piernas cruzadas y tomo un wagashi (dulce), el cual se come antes de tomar el matcha, para compensar el amargor del té. El té matcha se bebe en tres sorbos. El ritual consta en una reverencia de parte de la anfitriona mientras entrega el cuenco de té, con el diseño de la cerámica mirando al invitado. Hay que retornar el gesto: tomar el cuenco, apoyarlo sobre la mano, darle la vuelta hasta conseguir que el diseño esté frente a ella, y ofrecer la reverencia antes de beberlo. Cuando la ceremonia termina viene el momento en el cual se limpia a la perfección cada utensilio utilizado.

El té fue introducido en Japón durante el siglo IX por los monjes budistas de China, donde se conocía, según la leyenda, desde hacía milenios. El té se hizo rápidamente popular en Japón y se comenzó a cultivar localmente. En el siglo XII se introdujo el té matcha que aunque es extraído de la misma planta que el té negro, no pasa por la fermentación. Cubren las hojas de té por tres semanas, para darles sombra antes de cosecharlas. Con ésto consiguen elevar los niveles de clorofila y producir teanina. La planta Camellia Sinensis se selecciona a mano, luego secan las hojas en lugares frios, que concentran el sabor. Estas hojas secas luego se trituran en un mortero de piedra. Toma una hora pulverizar 30 gramos de matcha, té rico en antioxidantes y polifenoles. Como se consume la hoja entera de matcha, hay tres veces más cantidad de cafeína.

Este té ha sido asociado con el Zen pues tradicionalmente, se consume antes de meditar  para relajarse. En el siglo XIII los samurái comenzaron a preparar y beber matcha. También se incorpora a preparaciones culinarias, como en los mochis fideos soba, en helados y en dulces llamados wagashi.

La persona a cargo de la ceremonia de té debe conocer el proceso de producción de cada tipo de té. También debe estar familiarizado con la caligrafía, los arreglos florales, la cerámica y el kimono. El estudio de todos estos conocimientos toma toda la vida.

 

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