Una novedad para celebrar Alentejo donde se hacen vinos con uvas tradicionales locales como Aragonez y donde la varietal Petit Verdot estaba presente solo en blends.
El enólogo Rui Reguinga nos comenta sobre la evolución de la enología portuguesa.
“Portugal pasó por dos fases en la evolución de la enología portuguesa. Tuvimos una fase donde se utilizaban varietales internacionales como Syrah, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot, en blend con nuestras varietales portuguesas con el ánimo de abrirnos una puerta en el mercado internacional para que nuestros vinos fueran conocidos.
Ahora la tendencia cambió y hacemos vinos con nuestras uvas autóctonas aunque continuamos a hacer los blends con castas portuguesas e internacionales”.
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La zona donde Lima Mayer tiene plantadas las vides en la Quinta de São Sebastião en Monforte es una zona con sol y suelos graníticos, algo que en Alentejo es difícil de encontrar y que sólo existe en la zona del Alto Alentejo.
“También tenemos ahí un microclima especial con algo de influencia de la Serra de São Mamede. Tenemos más lluvia, noches más frías, lo cual da una amplitud térmica grande, periodos de maduración más lentos lo cual ayuda a conservar el carácter frutal de los vinos. En la bodega existe una diversidad de sistemas de vinificación como los lagares y los tanques clásicos de fermentación. Acostumbramos darle un shock térmico para bajar la temperatura de las uvas antes de la fermentation y las bajamos a 10 grados por 48 horas y luego fermentan a 25 grados que es lo normal. Además de que vendimiamos a mano”.
Tuvimos la oportunidad de probar dos de sus productos de la cosecha 2015.
El primero fue un blend 50% Alicante Bouschet 50% Petit Verdot.
Alicante Bouschet se mezcla con muchas otras uvas como Trincadeira, Aragonez pero nunca antes con Petit Verdot en Alentejo.
Los vinos de Alto Alentejo tienen una particularidad de envejecimiento muy interesante gracias a su microclima.
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“El timing ideal eran 2 años y medio de barrica y 5 años de garrafa. Son dos castas con mucha personalidad, mucha estructura. Esto fue una aventura y una nueva experiencia.
Surgió porque no teníamos cantidad suficiente de Petit Verdot para hacer un vino monovarietal.
Al inicio la prueba nos mostró que eran muy jovenes y dificiles de beber pero luego con algunos años en la garrafa empiezan a domesticarse. Las barricas de roble francés son utilizadas de forma discreta para no dañar esta uva de tan buena calidad. Resultan en vinos frescos que pienso tiene mucho que ver por los suelos graníticos”, concluye el enólogo
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Además afirma que la calidad es un camino largo pero al ser constante se llega a obtener vinos de alto nivel.
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El monovarietal Petit Verdot nos sorprendió inmediatamente en nariz donde se perciben notas de frutos negros y olores a violetas y una complejidad muy atractiva.
En boca la acidez confirma que es un vino que podrá tener una guarda de hasta 20 años sin problema.
La boca se llena de frutas como ciruelas negras, moras y cerezas negras y notas a lavanda y hierbas secas y balsámico. Es persistente e invita a volver una y otra vez a probarlo para ir descubriendo su complejidad.
No es de extrañarse la satisfacción que siente Thomaz Mayer por haber logrado este vino tan especial.
Quinta de São SebastiãoIP2 Km 206,5
7450-999 Monforte
www.limamayer.pt