Seneri y Durand Viticultura

El chef Fernando Martínez Zavala y José Luis Durán, de Durán Viticultura,  presentaron una comida maridaje.

El restaurante Seneri está causando sensación. Ubicado en el segundo piso del Mercado Roma, es un lugar que atrae,  tanto por su hermosa decoración, donde los detalles y la iluminación son impecables, como por la belleza de sus platillos.

Sin un esfuerzo  aparente, Fernando sabe lo que debe hacer en este espacio. Comparte con sus comensales su historia michoacana, y define su propuesta como una expresión de la región donde creció.  Toma los ingredientes y los utiliza de forma magistral, permitiéndoles lucir su terruño.

Los marida con vinos de la bodega de Jose Luis Durand, quien en esta oportunidad presenta la cosecha 2014 de  Marella, Ala Rota y su icónico vino Ïcarö.

Tan pronto te sientas a la mesa llega un humeante pan con jocoque y aguacate. Deliciosa combinación para abrir el apetito y preparar el paladar, para el taco de charal con guacamole, puré de frijol flor de mayo y salsa verde. Un mordisco crocante y bien equilibrado que marida con Marella 2015 a la perfección.

Le siguió cangrejo con melón verde  con mayonesa de acuyo, emulsión de tomate y aguacate, el cual experimentamos con dos vinos: Coco Rose y Ala Rota 2014. Un bonito ejercicio para comparar con cual  le va mejor.

Para armonizar el plato de carne nada como  el vino Ïcarö. Acompañó  al chambarete de res  braseado en su caldo, con adobo de chiles negros y frijol  flor de mayo, estupendamente. Un gran vino y un gran platillo se casaron para hacernos aún más felices, y confirmar que estamos ante un chef y un enólogo de primer nivel.

Terminó la experiencia con con el mejor sentimiento que puede tener un comensal.  Desear volver a Seneri lo antes posible!

Durand Viticultura

José Luis Durand se pregunta y reflexiona cómo valorar la belleza cuando piensa qué precio ponerle a sus vinos.

"Nosotros le apostamos a vivir una vida en riesgo real, cuando decides seguir tus instintos. Los aromas es algo en lo que creo. Tiene que ver cómo expresas emociones, aunque sepas que vas contra la corriente, y en  apostar  a hacer un vino distinto. Ïcarö  lleva 13 añadas y siempre ha sido una historia que los hace temblar cuando embotellan pues saben que su futuro está en en esas 60 barricas.

"Le apostamos a ese purismo que a veces cae en la locura. Es una obsesión que a veces  dudas que se va a entender, pero que la tienes para encontrar fineza y pureza. Tratamos de no usar barricas nuevas y de estar en la viña en cada cosecha. Cada año se corren riesgos. El vino siempre tiene estas historias de aguante y tezón. Pero también existen momentos de compartir. Lo más interesante para nosotros es compartir nuestras angustias y nuestros éxitos".

 

 

 

 

 

 

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