Eduardo Córdoba Kruger e Iker Turcott, nos reciben con los brazos abiertos en su vinícola Kruger. Con orgullo nos presentan un proyecto fresco y original.

VINOS KRUGER vinifica -desde 2016- uva de los seis valles de la región de Baja California, cada una con diferentes características. Producen 2 mil 500 cajas al año de vinos fuera de lo común.

«Hacemos vinos de estilos diferentes, fermentamos en acero inoxidable y en pilas de concreto recubiertas de pintura epóxica, de tal manera que obtenemos lo mejor del nuevo y viejo mundo, comenta el enólogo Eduardo.

La filosofía de Kruger se basa en hacer vinos aromáticos, jovenes, fáciles de tomar y sin tanto tanino. Utilizan tonelería francesa de segundo uso, lo cual permite conservar el carácter de la uva.

«Nuestro Grenache ha obtenido medalla de oro en España y lleva cuatro años consecutivos ganando como el mejor Grenache de México. Mi trabajo como agrónomo en los viñedos donde compramos la uva, me permite escoger lo mejor de cada zona y de cada surco».

Dentro de las instalaciones de vinos Kruger, el chef Iker se encarga del restaurante La Doble T, donde ofrece una cocina sabrosa y franca, que marida estupendamente con sus vinos. El Chardonnay es una joya. Wenceslao Martínez Payan es el enólogo de Relieve y capitanea este proyecto familiar llevando sus vinos a otro nivel. El ensamble de Pinot Noir y Malbec, de uvas provenientes de San Antonio de las Minas, lo vinifican realizando una maceración pelicular previo al prensado de la uva, que resulta en un vino rosado con aromas a frutas tropicales, sandía,  fresa , guayaba y toronja con acidez ligera en boca, fresco y elegante. De su línea premium recomendamos Ciclo, Nebbiolo 2015 y Ovis, Tempranillo 2014. Ambos de un viñedo ubicado en San Antonio de las Minas con gamas aromáticas complejas conintensidad y acidez balanceada.

Nicole Martain (35 años) y Álvaro Romero (39 años) iniciaron la vinícola Valle de Tintos en 2013 porque querían hacer un vino para ellos. Ambos de padres enólogos, llevan en la sangre el amor por el vino. Producen cuatro etiquetas a las que cada año reinterpretan con otros detalles.

«Buscamos vinos elegantes donde los varietales son los protagonistas, por eso usamos madera que resulte en una colaboración al vino. No corregimos y hacemos el vino en el viñedo. Cuidamos mucho la  fecha de vendimia para garantizar la acidez, pues una mala decisión de pisca puede resultar en vinos que no estamos buscando.

«También utilizamos levaduras vivas que reproducimos en la bodega las cuales nos dan fermentaciones más sanas». Valle de Tintos le apuesta a los jóvenes con la intención de que prueben vinos  con perfiles diferentes y eduquen su paladar.

DE BRUMAS Y BRISAS

José Luis Durand (Durand Viticultura) entiende Ensenada profundamente y afirma que esta zona produce calidad de vino gracias a un tema geográfico.»Nosotros estamos en el paralelo 32, zona caliente que captura la corriente de California que baja del polo. El viento sopla y las noches frescas generan la condición que nos permite tener lo mejor de los dos mundos: calor para obtener madurez del tanino, y frío, que deja que la planta cargue azúcar y obtenga los grados alchólicos suficientes», apuntala el enólogo chileno. Aprendimos que existen tres tipos de taninos: los de la piel (tersos), de la madera (fuertes) y los de la semilla (agresivos). «Se habla de estructura tánica, pero no hay una lectura de qué tipo de tanino se está tomando en cuenta. Los taninos de madera se perciben como astringentes; los de la semilla, amargos y el que nos gusta es el tanino de piel de uva que percibimos terso».

José Luis nos dio una clase magistral donde entendimos cómo un vino captura el tiempo en términos atmosféricos y cada año presenta un perfil climático diferente. La belleza está en captar los sabores primarios de la viña, y por esa razón, Durand decide realizar una cosecha temprana y enfocarse en los aromas y no en los taninos.

ONCE PUEBLOS

 Esta empresa familiar abrió las puertas de su restaurante en 2018 donde la chef Sandra Vásquez presenta con maestría un menú michoacano: sopa de corunda; mextlapique de hongos con camarones en adobo de barbacoa y guisado de lentejas; pastel de uchepo con guisado de costilla de cerdo y charanda achocolatada, helado y bizcocho de chocolate. Once Pueblos cuenta con viñedo propio y huerto orgánico. La vista es un espectáculo que vale la pena visitar.

 

 

SIETE PATIOS: Esta bella casa fue construida en 1969 y alberga al Rey Sol, el restaurante francés más antiguo de México. Aquí se llevan a cabo bodas, pues es un lugar ideal para eventos gracias a sus bellos jardines con vista al océano Pacífico. Los patios Eucalipto, Atrio, Pérgola, Ventana al Mar, Agua Azul, Campestre, y Fuente Grande hacen que la experiencia esté cargada de autenticidad.

 

Enólogo por un día en Concierto Enológico

 

 

 

 

 

 

 

RESORT MAGLÉN

 Localizado en el corazón de la Ruta del Vino en Baja California, cuenta con tres áreas para hospedarse: Encinal que se caracteriza por su vegetación; Tesela donde la arquitectura está basada en el uso de elementos y conceptos de la región y Las Villas con numerosos espacios de descanso. El restaurante campestre Ha’che a cargo del chef Joel Quintana se caracteriza por su estilo francés con ingredientes asiáticos, además de sus cocciones prolongadas a la leña.

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